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Ciudades Modelo: Una alternativa de desarrollo para Honduras?

Ciudades Modelo: Una alternativa de desarrollo para Honduras?

 Ciudades Modelo

 

 

 Índice de contenido

 Presentación 3

Objetivos 4

Antecedentes históricos 5

Decreto de Ciudad –Modelo en Honduras 7

Honduras, conejillo experimental en C.A. 9

Bibliografía 11

Anexos 12

 

 

I.                   Presentación

 

                Ciudades Modelo: Patrones atractivos para la inversión extranjera, o la venta (entiéndase por entrega sin remuneración justa en este caso) del territorio nacional?

                Este documento es una reflexión sobre la aprobación del decreto de las Ciudades Modelos en Honduras, que se ubicarán en regiones seleccionadas para maximizar el cumplimiento del Plan de Nación que el gobierno del presidente Porfirio Lobo Sosa ha mercadeado un año después de ganar elecciones (período 2010-2014) en su función como Jefe de Estado. Claro es el concepto y definición de Ciudad Modelo, y la perspectiva soñadora que este gobierno tiene para la realización de un proyecto a largo plazo, con objetivo de hacer las alianzas estratégicas dentro de su período de gobierno, o dicho en sentido corriente: Hacer el amarre del negocio.

                Los dos últimos presidentes de Honduras desde el período 2006-2010 (José Manuel Zelaya) y 2010-2014 (Porfirio Lobo Sosa) han sido Olanchanos, y como toda (o) olanchana, el sentimiento etnocéntrico está a flor de piel, pero la emoción no sepulta la objetividad ilícita de sus acciones. Conozco el actuar de las intenciones políticas desde el foco (rara vez se salen una o dos liebres de la jaula), pues fui partícipe de movimientos de campaña, de cafés políticos, de saludos hipócritas, y hasta la pegada de los afiches en los postes que sostienen los cables de energía eléctrica, y posteriormente fui “recompensada” [… Art. 127: Toda persona tiene derecho al trabajo, a escoger libremente su ocupación y a renunciar a ella, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo][1]. Con un empleo de gobierno bajo contrato (cumpliendo con la palabra de darme una chambita por la matada en las mesas electorales). Sin embargo, creo en mis valores como persona, y estos renacieron en ese momento, y las anomalías que viví dentro de las oficinas gubernamentales simplemente son repugnantes, con facultad de conocimiento lo digo, desde cualquier sector se juega con la salud, la educación, la seguridad humana y  las leyes que les pertenecen al pueblo. Y eso no es todo!! se formulan decretos que alimentan la seguridad jurídica de las macro inversiones monopólicas nacionales y extranjeras, un ejemplo de ello son las ciudades modelo.

 

II.               Objetivo general

Este documento trata una reflexión corta acerca de la aprobación del Decreto de las Ciudades Modelo, sus posibles consecuencias beneficiosas o perjudiciales al sistema económico nacional y la absorción de ventajas para la población.

 

Objetivos específicos

  • Se conocerá el marco legal en el cual se amparará la construcción de las ciudades modelo en Honduras, por medio del recurso de decreto publicado emitido por el Congreso Nacional en el año 2011.
  • Se Indagará en el tema tratado por otros autores acerca de patrones de ciudades modelo en otros países del mundo, por medio de ampliación bibliográfica para el desarrollo de este documento.
  • Se creará una reflexión crítica sobre las posibles consecuencias socioeconómicas de las ciudades modelo, tomando en cuenta los documentos mencionados anteriormente.

 

III.            Antecedentes Históricos

 

                Algunas ciudades son elegidas como referencias modeladoras, y sus programas y proyectos incorporados en la agenda urbana hegemónica. Esta revolución urbana, expresiva de la etapa contemporánea del capitalismo, difunde un ideario sintonizado con los llamados impulsos globales y se apoya en la codificación de acciones deseables para los gobiernos locales que buscan su inclusión competitiva en el nuevo mapa del mundo; consecuentemente, los gobiernos que conciben la ciudad como mercancía la tratan como un medio de atracción de ciudadanos-consumidores e inversionistas[2]. Identificando estos procesos, este artículo busca desnaturalizar ciertos nexos y estrategias reiteradas en los discursos e imágenes más difundidas sobre las ciudades-modelo. Un patrón homogéneo parece revelarse en las confluencias de las actuales políticas urbanas que, sin embargo, han tenido origen en ciudades profundamente diferentes, como Curitiba (Brasil) y Singapur (Singapur), tomadas como casos ilustrativos en esta reflexión.

         En Singapur, la industria electro-electrónica fue implantada como resultado de la expansión del capital japonés, pasando a componer una división vertical y horizontal del trabajo con Malasia, Tailandia y Filipinas. Pero ha sido el sector financiero el que puso al país en el mapa de la internacionalización del capital, revelándose como decisivo para desarrollo de la región. “En 1971, el gobierno empezó el Asian Dollar Bond Market. Su localización ventajosa y su papel de intermediario financiero y cambial en un período marcado por drásticos cambios macroeconómicos y en los precios relativos difícilmente pueden ser exagerados en las explicaciones del ‘milagro’ asiático” (Medeiros, 1997, p. 313).

                La ciudad no es sólo un objeto de estudio importante de las Ciencias Sociales, sino, sobre todo, un problema que ha ocupado y preocupado al ser humano desde que éstos decidieron asentarse formando agrupamientos estables. Es obvio que los asentamientos humanos, aún en sus formas más simples, requieren de un mínimo de acuerdos sociales para asegurar el equilibrio del grupo, y que de la fragilidad o solidez de dichos acuerdos depende la estabilidad necesaria para la convivencia adecuada. Por ello, la ciudad debe entenderse como un fenómeno vivo y permanente, íntimamente ligado a la cultura con la que comparte la característica de la complejidad, lo que invita a acometer su estudio desde múltiples puntos de vista[3].

1. La construcción de la ciudad-modelo

                Como puntos luminosos en el mundo, un conjunto selecto de ciudades es clasificado como modelo, calidad constituida a partir de elementos urbanísticos, prácticas de gestión o de lo que suelen llamarse soluciones creativas para los problemas urbanos.

                Dos ejemplos de políticas originadas en ciudades distintas, pero que presentan fuertes similitudes cuando son traducidas en modelos, permiten la discusión de los principales contenidos de esa condición observada en la esfera de la circulación simbólica en la escala mundial. Sin duda, las políticas urbanas de Curitiba y Singapur reproducen una secuencia de patrones y se orientan, a través del city marketing[4], a acciones dirigidas a la conquista y mantención de la marca de ciudades-modelo. Esos patrones, aun siendo presentados como condiciones intrínsecas de los lugares, resultan fuertemente de la atención a los requisitos internacionales de atractividad, mediante los cuales las ciudades globalizadas captan inversiones. Refiriéndose a esa adaptación técnica y política del espacio social a un modelo urbano, Sorkin (1996) ha dicho que la nueva ciudad tiene el poder de no desviarse sencillamente de las tradicionales escenas de urbanidad, pero sí de cooptarlas, para relegarlas a simples intersecciones en una malla global.

                Algunas ciudades, como Curitiba y Singapur, muestran haber obtenido el status de ciudades-modelo –a juzgar por sus imágenes internacionales- a partir más que nada de la retórica oficial de sus gobiernos y coaliciones empresariales, así como también de la notoriedad que les otorgan los organismos internacionales, las agencias multilaterales y las llamadas “redes mundiales de ciudades”. Para comprender la dinámica de construcción y difusión de ese patrón irradiador, que garantiza legitimidad internacional a determinados proyectos de ciudad, es necesario situarse en el actual contexto de la globalización de la economía y de la mundialización de la cultura. Más que resultado natural de la consagración de tales proyectos, la elevación de una ciudad a la condición de “modelo” obedece a articulaciones políticas renovadas de actores involucrados en procesos de reestructuración del espacio en diversas escalas territoriales, junto a la reorganización de las formas y sentidos del poder en las ciudades.

 

IV.  Decreto de Ciudad Modelo en Honduras: Regiones especiales de desarrollo

Dictamen

(enero 2011)

EL CONGRESO NACIONAL:


CONSIDERANDO: Que es deber del Estado asegurar una sociedad política, económica y socialmente justa que afirme la nacionalidad y propicie las condiciones para la plena realización del hombre, como persona humana, dentro de la justicia, la libertad, la seguridad, la estabilidad, el pluralismo, la paz, la democracia representativa y el bien común.


CONSIDERANDO: Que la reducción de la pobreza y la marginalidad es posible lograrlo creando nuevas oportunidades de empleo, educación y salud al pueblo hondureño, en condiciones de sostenibilidad económica y ambiental.


CONSIDERANDO: Que en la historia reciente de la humanidad algunas sociedades tan pobres como la nuestra han creado las condiciones para crecer aceleradamente convirtiéndose en sociedades desarrolladas y más equitativas mediante la adopción de modelos de gestión pública que descansan en el otorgamiento de altos grados de autonomía a ciertas regiones del país.

CONSIDERANDO: Que es necesario adoptar esos modelos de gestión para permitir al país competir en mejores condiciones y acelerar el cumplimiento de las metas del Plan de Nación.

Por tanto Decreta:

Artículo 1.- Reformar los Artículos 304 y 329 de la Constitución de la República los cuales se leerán de la siguiente manera:


Artículo 304.- Corresponde a los órganos jurisdiccionales aplicar las leyes a casos concretos, juzgar y ejecutar lo juzgado. En ningún tiempo podrán crearse órganos jurisdiccionales de excepción. Se exceptúan de esta disposición, los fueros jurisdiccionales de las Regiones Especiales de Desarrollo. Los jueces de estos fueros serán nombrados por el Congreso Nacional por mayoría calificada de las dos terceras partes de la totalidad de sus miembros, a propuesta de las autoridades de la Administración de la Región Especial de Desarrollo de que se trate.

 

Artículo 329.- El Estado promueve el desarrollo integral en lo económico y social, que estará sujeto a una planificación estratégica. La Ley regulará el sistema y proceso de planificación con la participación de los Poderes del Estado y las organizaciones políticas, económicas y sociales, debidamente representadas.

Para realizar la función de promoción del desarrollo económico y social, y complementar las acciones de los demás agentes de este desarrollo, el Estado, con visión a mediano y largo plazo, diseñará concertadamente con la sociedad hondureña una planificación contentiva de los objetivos precisos y los medios y mecanismos para alcanzarlos.


Los planes de desarrollo de mediano y largo plazo incluirán políticas y programas estratégicos que garanticen la continuidad de su ejecución desde su concepción y aprobación, hasta su conclusión.
El Plan de Nación, los planes de desarrollo integral y los programas incorporados en los mismos serán de obligatorio cumplimiento para los gobiernos sucesivos.


Regiones Especiales de Desarrollo (RED)


El Estado establecerá Regiones Especiales de Desarrollo, las mismas son entes creados con el propósito de acelerar la adopción de tecnologías que permitan producir y prestar servicios con un alto valor agregado, en un ambiente estable, con reglas transparentes capaces de captar la inversión nacional y extranjera que se requieren para crecer aceleradamente, crear los empleos que se necesitan para reducir las desigualdades sociales, dotar a la población de los servicios de educación, salud, seguridad pública y la infraestructura necesaria que permita una mejora real en las condiciones de vida de la región.


Los sistemas que se instituyan en las Regiones Especiales de Desarrollo deben ser fijados por un Estatuto Constitucional aprobado por el Congreso Nacional con una mayoría calificada de dos terceras partes de la totalidad de sus miembros. Una vez promulgado ese Estatuto Constitucional sólo podrá ser modificado, reformado, interpretado o derogado con la misma mayoría antes indicada, previo referéndum a los ciudadanos que habiten la Región Especial de Desarrollo de que se trate.


Las Regiones Especiales de Desarrollo tienen personalidad jurídica, deben contar con su propio sistema de administración pública, emitir su propia normativa legal que deberá ser aprobada o improbada por el Congreso Nacional por mayoría simple de la totalidad de sus miembros, deben contar con su propio fuero jurisdiccional de conformidad a lo dispuesto en el artículo 304 de esta Constitución, pueden firmar tratados y convenios internacionales en temas relacionados con el comercio y cooperación en materias de su competencia, mismos que deben ser ratificados por el Congreso Nacional; y, tendrán las atribuciones contenidas en los Artículos 15 párrafo final y 297 de esta Constitución.

Las Regiones Especiales de Desarrollo se consideran de naturaleza urbana.


En las materias de presupuesto, impuestos, recaudación, administración de tasas y tributos, así como la celebración de todo tipo de contratos que se extiendan al siguiente período de gobierno y contratar sus propias deudas internas o externas siempre que sean sin el aval del Estado de Honduras serán reguladas de conformidad a lo que se disponga en su Estatuto Constitucional. Al momento de su creación deberá garantizarse que se respete todo lo dispuesto en los artículos 12 y 13 de esta Constitución.


Las Regiones Especiales de Desarrollo están sujetas al Gobierno Nacional en todos los temas relacionados a soberanía, defensa nacional, relaciones exteriores, temas electorales, emisión de documentos de identidad y pasaportes.


Artículo 2.- El presente decreto deberá ser publicado en el Diario Oficial “La Gaceta” debiendo ratificarse por la subsiguiente legislatura ordinaria.


Dado en la Ciudad de Tegucigalpa, Municipio del Distrito Central, en el salón de convenciones del Hotel Plaza Juan Carlos a los ____días del mes de Enero Dos Mil Once[5].

 

V.                Honduras, conejillo experimental en Centro América

(Opinión Crítica)

                Las articulaciones lógicas que sostienen el discurso de las ciudades-modelo señalan el sentido de lo que se pretende hacer innovador, presentando las ciudades escogidas como las que consiguieron un esquema de funcional, un diseño organizativo, una manera de hacer que a las otras ciudades les gustaría imitar.

                Se trata, la mayoría de las veces, de la presentación de las mismas como ciudades internacionales, noción-síntesis que emerge tanto en los discursos oficiales, en la prensa y en los trabajos académicos (Benach y Sánchez, 1999; Sánchez, 2003). El hecho de la aparición efectiva en la condición de ciudades-modelo es el mayor premio deseado por los gestores en relación a sus respectivos proyectos; el reconocimiento definitivo, en la escala internacional, de sus estrategias de ciudad. Apenas conseguida la admiración y el reconocimiento, es necesario cubrir la distancia entre esta admiración y la efectiva reproducción. Tratándose del prestigio internacional de una ciudad, ser únicamente admirada o reconocida es diferente de ser verdaderamente imitada: en la medida del éxito también se incluyen las solicitudes de importación de su experiencia.

                Esa aparente intangibilidad que caracteriza la ciudad-modelo proviene de una imagen construida, de una estrategia más en la elaboración de una imagen de ciudad inserta en el ámbito internacional; en otras palabras, la construcción de una ciudad-modelo es, por sí misma, una estrategia de internacionalidad (Benach y Sánchez, 1999).

Ciudades Sustentables

                Casi siempre asociada a la noción de ciudad-modelo se encuentra la noción de ciudad sustentable. Se puede decir que, de modo reiterado, una evoca a la otra en la agenda urbana actual. Lejos de configurar un sentido objetivo y consensualmente aceptado, la noción de “ciudad sustentable” comprende diferentes contenidos y prácticas que reivindican su nombre (Acselrad, 2001).

                Cada una de las llamadas buenas prácticas, en lo que se refiere a la sustentabilidad, se inscribe en los cuadros de un proyecto urbano, fundado en un aparente saber objetivo respecto a flujos y parámetros. Se nota, en esos casos, el reiterado recurso a una base técnica para presentar y legitimar indicadores de calidad de vida o de sustentabilidad urbana: metros cuadrados de área verde por habitante, toneladas de desechos reciclados, kilómetros de ciclovías. Y sobre todo, el recurso a la técnica que distingue las buenas prácticas de las malas. Se naturalizan así las representaciones y se construyen esquemas ordenadores de la vida urbana y definidores del orden que se intenta imponer.

                Las prácticas que se pretenden portadoras de sustentabilidad articulan, sobre todo, argumentos de eficacia eco-energética y de la calidad de vida. Mezclada a dichos modelos está una representación tecno-material de la problemática y de las soluciones para las ciudades. Se atribuye a la planificación urbana, entre otras cosas, el papel de minimizador de la degradación energética a través del desarrollo de tecnologías que buscan el reciclaje y la recuperación del ambiente. La trayectoria que evoluciona rumbo a la eficiencia ecológica conjuga proyectos de cambio técnico urbano y programas de educación ambiental, que se vuelcan a la ampliación de la llamada conciencia ecológica. Como efecto, en esos proyectos de ciudad se verifica una nítida despolitización de la cuestión ambiental, un rechazo al reconocimiento de conflictos entre medio ambiente, economía y producción del espacio[6].

                Honduras necesita inversión extranjera, pero, ¿Las condiciones estipuladas en el Decreto de las ciudades modelo son suficientes para atraer dicha inversión? ¿Son las ciudades modelo una alternativa para que Honduras salga del subdesarrollo en el cual hemos caído? ¿Cómo país, ofertamos recurso humano de calidad?

                Las exigencias políticas, económicas y sobre todo educativas que demandan las ciudades modelo son neocapitalistas, es decir, la competitividad está a la orden del día, con ello me refiero a la inclusión neoliberal en la forma de “dejar ser / dejar hacer” en el sistema económico de las ciudades. Por otro lado, no creo en que un decreto nacional sea suficiente arma de la cual valerse para atraer la inversión extranjera, ya que nuestro país sufre de un clima de inseguridad humana y jurídica que en un momento puede corroer la estructura política que se forme en las ciudades modelo. Y si aseguro que la generación de empleo es la solución, estaría plasmando politiquería en este documento, y tampoco es esa mi intención, es real que las ciudades modelo generará x cantidad de empleos, pero también en dicha ciudad se necesitará mayor ingreso económico para subsistir.

                El inversionista debe tener la seguridad de que su capital se incrementará de forma sustancial, por tanto la población hondureña tiende a ofrecer su fuerza laboral en el sector servicio y nos dejamos absorber por el consumismo.

                Creo que las ciudades – modelo serán solución en algún día, pero por ahora nuestras autoridades todavía no han sido capaces de dirigir estrategias de descongestionamiento vial, peor para preparar las soluciones económicas, rurales, urbanas, educativas y legislativas para poner en bandeja de plata el territorio para una posible inversión de desarrollo.

 

Bibliografía

  • Acselrad, H. (1999). “Discursos de sustentabilidad urbana. Revista Brasilera de Estudios Urbanos e Regionales, 1: 79-90.      
  •  (2001). Sustentabilidad y riscos más políticas urbanas. Rio de Janeiro: DP & A/CREA-RJ.        
  • Arantes, O. (1995). El  lugar de arquitectura en tiempor dos modernos. São Paulo: EDUSP.  
  • Benach, N. y F. Sánchez (1999). “Políticas urbanas y producción de imágenes de la ciudad contemporánea”. Carrión, F. y D. Wollrad (eds.), La ciudad, escenario de comunicación. Ecuador: FLACSO.        
  • Fernanda Sánchez; Rosa Moura; Universidad Federal Fluminense (Brasil); Instituto Paranaense de Desenvolvimiento Económico y Social (Brasil).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VI.             Anexos

 


[1] Constitución de la República de Honduras.

[2] Fernanda Sánchez; Rosa Moura; Universidad Federal Fluminense (Brasil); Instituto Paranaense de Desenvolvimiento Económico y Social (Brasil).

[3] Ladero Quesada, Miguel Ángel (1989). La ciudad medieval (1248-1492). Universidad de Sevilla. Secretariado de Publicaciones

[4] City Marketing: disciplina que nace a partir de la necesidad de buscar una identidad propia que ponga en manifiesto los valores de una ciudad y proyectar sus recursos y cualidades, a públicos internos y externos.

[5] Diario Oficial La Gaceta

[6] Fernanda Sánchez; Rosa Moura; Universidad Federal Fluminense (Brasil); Instituto Paranaense de Desenvolvimiento Económico y Social (Brasil).

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